Periodo de explotación comercial
Un archivo fantástico
Tal y como hemos comentado, gracias a la gran afición a la fotografía de Lluís Marià Vidal, nos ha llegado hasta nosotros una buena cantidad de imágenes de la Pedrera y de las tareas que en ella se desarrollaron.
La dura vida en la Pedrera
Solamente el viaje que nos lleva desde Santa Maria o Vilanova hasta la Pedrera, ya sea paseando por la ermita de Meià o por el paso de la Cabroa para llegar a la fuente del Reger y, de allí, continuar hasta el desvío de Rúbies y bajar hasta la Pedrera, ya nos da una idea de cómo de indómita es esta zona y cómo de difícil debía ser el trabajo en aquellas condiciones. Otra opción para subir a la Pedrera es des de la actual carretera de Àger a Terradets, des de un punto cercano a la fuente de las Bagasses, por una vereda.
En estas condiciones es comprensible que se buscase una solución para evitar los desplazamientos y aumentar la producción. Esta solución, pasó por la construcción de unas casetas para los trabajadores, de las cuales hoy en día aún podemos ver parte de su estructura e, incluso, algún pico o lavadero abandonados.

Un trabajo complicado
Al final de la Pedrera encontramos los vestigios de las casas de los trabajadores, pero en la entrada encontramos una construcción más amplia, que en las fotos de la época nos muestra un mayor esplendor. En este punto se debía hacer el control de entrada y salida de carros y, sobretodo, de las piedras que se enviaban a Barcelona.

Aunque el afloramiento de piedra litográfica tiene una gran extensión, la orografía de la zona nos hace suponer que los trabajos iniciales, para encontrar las capas de extracción, debieron ser muy duros. En la serie de imágenes de Vidal sobre la limpieza y la preparación del corte, se aprecia la dureza de estos trabajos, que consistían en remover la tierra y el suelo acumulado cerca del afloramiento, con el objetivo de poder seguir bien cada capa.
Una vez que la superficie se encontraba limpia de tierra y vegetación ya se podría proceder a descalzar y separar los bloques de piedra litográfica, con la ayuda de palancas, escoplos y mazas. En las fotografías de Vidal se puede apreciar la dura tarea de preparación de las piedras y, en una de ellas, se puede distinguir perfectamente a los trabajadores, del encargado y el amo.